Tengo muchas dificultades en el seguimiento de las prácticas universitarias, puesto que hay que entender la explicación del profesor y a la vez realizar una serie de tareas. No puedo leer los labios y realizar la práctica. Siempre me pierdo. No dispongo de adaptación para salvar esta situación. Veo a los demás, tomando sus apuntes, y pendientes de sus tareas, preguntando unos a otros, a veces algunos ríen, pero no sé de qué. Siento que no pertenezco a ese ambiente tan armonioso, y los observo con cierta envidia sana. Pregunto bastante a los demás, pero no puedo aportar nada. Los profesores cuando saben de mi situación, me dicen que en caso de no entender algo, levante la mano. Pero, ojala fuera tan fácil. No es que no entienda algo, sino que, sencillamente, no soy capaz de seguir, y muchas veces no sé qué preguntar. Normalmente hablan rápido, porque hay que acabar la práctica en un tiempo bastante limitado.
Por suerte, para la realización de la práctica de este día dispongo de fotocopias, así que iré siguiendo los pasos que indica el guión. Para leer los labios se requiere mucho mas esfuerzo que para leer unos apuntes, y aun así se pierde mucha información. No soy capaz de leer los labios mas de 20 minutos seguidos, sobre información técnica, es agotador. Con el tiempo, he aprendido a usar pequeñas estrategias, una de ellas consiste en hacer lo mismo que hacen mis compañeros, cuando ellos comienzan a prepararse yo me preparo, cuando veo que ponen un reactivo, yo también lo pongo. Evito adelantarme, ver a otra persona como lo hace es una buena forma de seguir. Si tengo una duda pregunto a los compañeros que tengo cerca, pero no mucho ya que ellos tienen que estar pendiente de su trabajo. Y no pueden estar por mí. Si el profesor es de los que vocaliza también le pregunto.
Pero a veces, todas las precauciones son pocas. Estoy en el laboratorio de Química, con mi preparado de Acido Benzoico, lo tengo que poner en ebullición. Así que enciendo el fuego de un bec Bunsen. 1 minuto después comienza a salir humo de mi preparación, empiezo a toser, casi no se puede respirar. El profesor comienza a gritar algo, sospecho que es por el vapor que desprende mi preparación, así que le digo que he sido yo. Todo el mundo sale pitando del laboratorio, unos pocos y yo abrimos las ventanas y salimos después. En el pasillo hablamos de lo sucedido. El profesor había repetido varias veces que era muy importante tapar la preparación para que el vapor no saliera, ya que era tóxico. Yo no me enteré. Después de 20 minutos entramos al laboratorio y continuamos con la práctica.