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viernes, 12 de noviembre de 2010

¿quieres que te lo caliente?

El relato de Cris

       Entro a una panadería para comprar el desayuno. Me atiende una joven , hay tanto ruido ambiental, que con mis audífonos no discrimino el ruido de su voz. Dependo totalmente de la lectura labial.


-Quien va ahora? – pregunta la joven.

- Yo! Un cruasán de jamón y queso, por favor.

- BLA BLABLABLBLA!?

-perdón?

- Que si BLA BLABLABLABLA!?

- es que yo soy sorda, pero leo los labios, me puede vocalizar , por favor?

La chica en vez de repetir lo que ha preguntado, se gira, y me calienta el cruasán de jamón y queso, y me lo da.

- Aquí tienes!

A lo que yo repito.

- Mira, que me gustaría saber que me has dicho antes, si vocaliza un poco más le entenderé?

- HABÍA DICHO QUE SI QUERÍAS QUE TE LO CALENTARA!!!

- Lo ves, no era tan difícil, aunque veo que ya esta hecho sin tener en consideración mi opinión!

        La chica se queda muda, a lo que su compañera haciéndose la simpática, me comenta para salvar la situación .

- Esta mas bueno caliente!!! muy bueno!!! muy bueno!!! mmmh!!!! - hace gestos con la mano.

- No , si no lo pongo en duda.

Me fui con mi cruasán caliente ya sin hambre.

9 comentarios:

  1. A veces me pregunto cuán paciente soy. En general la sociedad es poco paciente con el sordo/hipoacúsico. Sin embargo pienso que éste tiene menos paciencia que la sociedad en general.

    Igual generalizo, no lo sé, pero la verdad es que me sorprende ver cómo muchos sordos no dejan terminar de hablar a los oyentes.

    En el trabajo le digo a una persona sorda que se apoya en el lenguaje labial:
    - "Mira, necesito que hagas 1, y..."
    y la persona sorda empieza a realizar el 1 sin dejarme terminar de hablar.

    De cinco personas sordas que hay en el trabajo, cuatro tienen la paciencia en cantidades microscópicas.

    No sé, como digo tal vez generalizo y soy injusto, pero creo que en general un oyente tiene más paciencia que un sordo.

    El caso que expones, Cris, es la paciencia que tiene la sociedad a la hora de hablar con un hipoacúsico o sordo. Ahora bien, ¿Cómo es el caso contrario?

    Viento.

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  2. Diría que la paciencia depende de la personalidad de cada uno.
    Lo que creo que sucede es que “ la paciencia” esta ligada a la falta de comprensión.
    Hay personas sordas oralistas que les cuesta tanto entender que para sentirse integradas en un grupo de oyentes hablan mas que escuchan, eso no es ser impaciente sino es una estrategia.
    Pero en un entorno laboral es importante entender tus tareas. Te pagan por ello.

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  3. Una sorda con audífonos17 de noviembre de 2010, 11:09

    Yo soy una de esas personas sordas oralistas que hablan más que escuchan. Y sí, es una estrategia. Eso sí, para que surta efecto, tengo que reunir mucha personalidad, para ser alguien interesante a quien oír...

    Con respecto a la paciencia, pues yo no lo veo como Viento. Yo creo que es más una cuestión de educación. Me explico: una de las normas para hablar con los sordos es explicarse con la mayor brevedad posible. Pues bien, los sordos de nacimiento están acostumbrados desde siempre a que les hablen con brevedad. Por eso no suelen esperar a que acaben la frase, por la sencilla razón de que no se imaginan que vayan a continuar hablando.

    A mí me pasa con mucha frecuencia, y muchas veces me sorprendo al ver que siguen hablando, tras lo cual paso un mal rato ya que les he interrumpido y cortado el rollo.

    ¿Qué opináis? ¿Estoy en lo cierto?

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  4. SCA, pienso que la brevedad es tanto ventajosa como desventajosa, se requiere tanto esfuerzo para leer los labios, y que te comiencen a hablar de cosas que no dicen nada cansa...
    Quizá de allí viene la impaciencia que comenta Viento, nos cansamos mas de entender que los normoyentes. Si hablan breve nos cansamos menos.

    Cuando un normoyente cuenta una historia, se la contara antes a alguien con quien pueda sentirse mas comprendido que a una persona a la que le tienes que hablar breve.
    La brevedad es desventajosa para los sordos, ya que si usan palabras faciles para hablarnos, al final llegamos a la edad adulta con un vocabulario muy limitado.

    Hay muchas personas sordas con vocabulario limitado y uno de los factores causantes es la brevedad.

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  5. SCA, no puedes hablar en serio cuando dices:

    "Por eso no suelen esperar a que acaben la frase, por la sencilla razón de que no se imaginan que vayan a continuar hablando."

    Sinceramente creo que sí se dan cuenta, pero prefieren interrumpir porque si el interlocutor sigue hablando la persona sorda se pierde.

    Encuentro pocas ventajas y muchas desventajas la brevedad. Uno es del lenguaje que se crea, y pienso que es muy limitado ver a un sordo hablar mediante lengua de signos o labial. "Yo mañana venir tarde. Médico. Dar a ti justificante."

    Pienso que si bien la paciencia va asociada con la personalidad de la gente, hay discapacidades que acentúan virtudes y defectos de la persona. Con la sordera, muchas personas pierden más fácilmente la paciencia.

    Viento.

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  6. Una sorda con audífonos18 de noviembre de 2010, 0:56

    A ver, si a un sordo de nacimiento se le habla siempre con frases cortas, lo normal es que se acostumbre a apartar la vista una vez ha estado un determinado lapso de tiempo mirando los labios (muy breve) y tras darse cuenta de que el emisor ha hecho una pausa. Pausa que podría ser sencillamente una coma, pero el sordo la interpreta como un punto final, debido a que está acostumbrado a eso desde que nació.

    Eso explicaría lo que tú has dicho del empleado, que no ha esperado a que terminaras la frase... seguramente debido a que antes de explicar la segunda tarea a realizar, has hecho una pausa.

    Yo soy sorda de nacimiento, y me ocurre. Lo que hago es explicar mi caso, pero de manera generalizada.

    Siento no poder explicarme mejor. Y tampoco tengo muchos conocimientos, apenas he cursado bachillerato. Saludos.

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  7. Una sorda con audífonos18 de noviembre de 2010, 1:02

    Añado:

    Lo de que se pierden si el emisor sigue hablando, pues claro que puede pasar. Pero si interrumpieran, SABIENDO QUE ESTÁ HABLANDO, ahí sí que podríamos hablar de descortesía o impaciencia. No obstante, eso sí que depende mucho de la personalidad de cada uno. Yo no me atrevería a interrumpir, me sentiría mal por el otro. Excepto si se tratara de una acalorada discusión...

    Lo que quise decir en los anteriores comentarios es que no siempre los sordos interrumpen de forma consciente. Nada más.

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  8. Que un sordo no deje hablar a una persona cuando es necesario hacerle entender una cosa, y se vaya, me parece muy grave en un entorno laboral.

    Nos basamos mucho en las expresiones de las caras, y se puede ver muy bien cuando una persona no ha acabado de hablar.

    Cuando escucho a una persona, no es que entienda al 100% lo que dice siempre, dependo de como vocalice, y de los ruidos que oigo a traves del audifono.
    En los casos en que la comprensión es mala, lo que hago es jugar con las palabras, entiendo 3 palabras y yo misma a partir de ellas me monto la historia. Suelo acertar, pero no siempre. Si es importante, repito siempre lo que he entendido. Eso crea agilidad en las construcciones de frases. Comienzan una frase, y se como se acaba.
    Eso es lo que quizá pasa, un sordo entiende las primeras palabras, y ya sabe, o cree saber, como va a terminar la frase.

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  9. Pues no sé. Yo en este caso estoy más con SCA. A veces doy por terminado lo que están hablando y allí voy. Sobre todo si estamos más de 2 personas. No siempre. Pero, ¿por qué? Mmmmmmmm Tal vez por la misma dificultad y cansancio de estar pendiente de labios, gestos, etc, y que por ello mismo quieres estar activo en la conversación. Tienes una réplica y hay que soltarla YA. Porque como se te adelante otro, es una vuelta a empezar con la concentración hacia lo expuesto. Y así hasta que te aburres de estar de "oyente". No sé, puede ser mi explicación.

    Por cierto, volviendo a la anécdota del post, j
    hay veces que soy maaaaaalo. Cuando se comportan de forma "grosera", me vengo y aunque haya entendido, comienzo un repertorio de "¿qué?" hasta que me aburro. Doy por hecho (seguro que equivocadamente) que el otro comprenderá lo que he sentido debido a su poca colaboración. Y si no, pues me he divertido unos segunditos tras el disgusto. Lo que no viene mal.

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