El relato de Selva
Los sordos, por naturaleza, más de una vez creamos situaciones graciosas. Les contaré una de las tantas que he vivido.
Cuando tenía 16 años más o menos, trabajaba, atando viñas allá en mi querida Mendoza. Para el que no sabe de este trabajo, les cuento que cada trabajador toma una hilera y va atando los sarmientos (ramas de la vid) al alambre que los sostiene.
Ya nos habíamos adentrado bastante en la hilera con mi sobrina y mi hermana; atábamos en hileras paralelas, cuando veo al capataz mirar por la mía con desaprobación y parecía que hablaba o gritaba, pero como es obvio, no le entendía porque soy sorda. Encima estaba algo lejos, bah, cerca o lejos era lo mismo, y opté por bajar la vista y continuar. Entre ojos vi que se acercaba, me tocó el hombro y me dijo enojado:
–usted es sorda o no tiene plata?
- las dos cosas le contesté al entenderle
Mi sobrina y mi hermana que habían comprendido la situación estaban atentas, al escuchar mi respuesta soltaron la risa. El hombre más enojado aún dijo
-encima se hacen las graciosas
Mi sobrina sin parar de reír le dijo:
-señor, lo que le está diciendo es la verdad; pero el hombre se fue pateando cascotes y molesto pensando que le tomábamos el pelo.
Si ese hombre hoy pudiera ver este relato entendería que era muy honesta en mi respuesta.
Selva
Mi Blog:
www.selvareyes.blogspot.com
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A mi una vez un hombre me saludo en el portal de mi casa, y yo no conteste. Me acuerdo que dijo: esta juventuddd que maleducada es!!! mi madre que lo oyo todo, le dijo 4 cosas.. se quedo con la cara cuadrada.
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